domingo, 5 de abril de 2009

1º año en el Seikatsu ~ La historia de Akemi.



26 de Abril del 2006


Esa mañana ya estaba mejor, y menos mal, porque era una pena estar enferma con el buen tiempo que hacía. Yuri-chan había insistido en ponerme el termómetro para comprobar que me encontraba completamente recuperada. Aún recordaba bien como ayer, cuando me vinieron a visitar Kasumi, Nana y Yamashita y les pregunté que qué tal había sido el día se creó un silencio muy tenso, para que más tarde me contestaran que había sido un día como todos los demás, sin nada especial.
Mientras nos dirigíamos a clase noté algo especial en los pasillos, no se escuchaba el jaleo normal que había cerca de nuestra clase, todo lo contrario, nos encontrábamos sumidos en un silencio casi sepulcral. Yuri y yo entramos en clase extrañadas y vimos la pizarra llena de garabatos acusando a Kimihiro de asesina, todo el mundo estaba callado, mirando de hito en hito la pizarra y el sitio vacío de Akemi.
- ¿Qué demonios es esto? - Dije casi en un susurro dejando caer mi bolsa en la entrada y acercándome a la pizarra - ¿¡Estáis tontos o qué!? ¡¡He preguntado que quién coño ha sido!!
No obtuve respuesta, ante ese tipo de situaciones todo el mundo enmudecía súbitamente, ya me había acostumbrado a ello. Entonces entró Kimihiro mirando al suelo, al notar el silencio levantó un poco la cabeza, y al ver la pizarra quedó en completo estado de shock.
- Ya pensaba que no venías hoy - dijo Okawa desde su asiento.
- ¡¡Así que has sido tú!! - dije con el borrador en la mano, dispuesta a tirárselo a la cara de ser necesario.
- ¿Y qué si he sido yo? Toda la culpa la tiene ella, no se tú, pero yo, y el resto de la clase seguramente, no queremos tener a una asesina como compañera - me miró con suficiencia - No te confíes mucho Yamaguchi, no vaya a ser que acabes como Miki.
Justo en ese momento, cuando estaba a punto de tirarme a la yugular de Kaede para abrirla en canal entró en clase Tsujiai-sensei con su habitual cara de enfado, que empeoró bastante al encontrarnos a todos fuera de nuestro sitio.
- ¿¡Qué pasa aquí!? ¡¡Todos ahora mismo a su sitio!! ¿Y qué hace usted ahí Yamaguchi? Borre ahora mismo la pizarra y siéntese.
Así que era eso, Kimihiro apenas hablaba por miedo a que su secreto fuera desvelado, en parte la entendía, pues yo también llevaba un secreto de considerable peso a mi espalda, no obstante, algo era extraño, ya que no la veía capaz de asesinar a nadie.
En cuanto terminó la hora de Lengua Akemi recogió sus cosas y se marchó antes de que llegara el siguiente profesor.
- Yamashita – dije volteándome hacia la derecha - ¿Qué pasó ayer que se os olvidó contarme?
Nana entonces se giró – Masako, ayer... Okawa descubrió el pasado de Kimihiro y empezó a torturarla por ello.
- Y entonces...
- Estabas enferma – dijo Yamashita cortándome - ¿de haberlo dicho no te habrías levantado de la cama para partirle la cara a Okawa?
- Pues tal vez – sentí – A ver, según Okawa, ¿qué ha hecho Kimihiro?
- Ayer nos llego un mensaje diciendo que Kimihiro se tiró voluntariamente a las vías del tren porque sabía que su amiga la salvaría, de forma que pudiera asesinarla sin que la culparan.
- Menuda historia tan mala – chasqueé la lengua – Eso no hay quien se lo crea.
- Pues yo he buscado la noticia – se escuchó decir a Watashi – y lo que dijo Kaede es cierto.
- Tu opinión no cuenta – le espeté – Eres amiga de Okawa – y me miró con odio.

La siguiente hora era inglés y Toshiro-sensei parecía haberse percatado de lo que pasaba en clase.
- Tsujiai-sensei ha comentado en la sala de profesores lo que vio en la pizarra de clase esta mañana, y por lo que veo es lo que me estoy imaginando – entonces miró con tristeza el sitito de Kimihiro – El Ijime no es bueno, y en cierto modo aún no me creo que haya podido pasar en una clase que se veía tan tranquila, así que ahora os voy a pasar unas hojas y me vais a escribir qué pensáis al respecto.


Siempre es igual, los seres humanos somos bestias que necesitamos dominar por naturaleza, no pensamos en los sentimientos de nadie y es que, con el simple hecho de que para nosotros sea bueno es suficiente.
Todos estamos ciegos ante la crueldad de la sociedad, no somos capaces de superar todas esas mentiras que nos encierran y que hacen que sigamos como perros fieles al necio que las dice, y es que, en el caso de revelarnos también seríamos víctimas, y, está claro, que es más fácil estar del lado de la mentira que luchar por la verdad.
Realmente la criatura más cobarde es el acosar, adornado y dotado por un extraño poder sobrenatural que nosotros le damos, es por esto que, además de darle poder también se lo podemos arrebatar y decir de una vez basta.
Todos somos culpables, pero no cuesta nada rectificar y darnos cuenta de nuestro fallo. Es imposible llevarse bien con todo el mundo, cierto, no obstante a mi parecer la convivencia pacífica no es tan difícil como realmente creemos.
¿Por qué es tan difícil parar algo que nunca debería haber existido?


Le entregué la redacción a Toshiro-sensei y me marché de clase directamente, pasaba de quedarme para ver cómo todo el mundo escribía bazofia diciendo que estaba muy mal, seguramente hasta Okawa lo diría y se quedaría tan a gusto. Las intenciones de Toshiro-sensei eran buenas, pero acabar con el Ijime no era cosa de maestros, aunque estaba claro que podían ayudar bastante.
Fui a la habitación de Kimihiro, pero no me abrió, era obvio que estaba dentro pero por mucho que golpeé la puerta y le pedí que saliera me hizo caso omiso. Entonces, y visto que no sabía muy bien qué hacer, me fui hasta la biblioteca ha esperar que terminara la hora de inglés y ya volvería para tareas domésticas.

En tareas domésticas Masashi-sensei nos puso por parejas para que hiciéramos un trabajo, ella sortearía una serie de países y nosotros tendríamos que hacer algunos platos de su cocina típica y exponerlos un poco en clase. Me tocó hacer el trabajo con Aoki (Yukihiro, ya que Aoki Kazuma estaba en otra optativa) y de país nos tocó Francia.

Kimihiro no volvió a clase en todo el día, en cierto modo eso no estaba bien, pero tal vez era mejor eso que tener que sufrir las miradas te todos los de clase, que parecían haberse creído la patraña de Okawa. Yo recriminé a Nana, Yamashita y Yuri (ya que Kasumi no había venido porque le había pegado el resfriado) que no hubieran hecho nada ayer para pararle los pies a Okawa, pero estaba claro que ellos no pensaban que Okawa llegaría a ese extremo.

Esa tarde quedé con Aoki en vernos en la biblioteca para ver qué prepararíamos, tras un gran esfuerzo decidimos hacer Salade de chèvres chauds, Champignons de Paris (crème), Entrecôte à la bordelaise y Soufflé au grand marnier, así que apuntamos todos los ingredientes necesarios para llevarle la lista a Masashi-sensei y que consiguiera los ingredientes.

- Todo tenía una pinta estupenda, ¿verdad Aoki? – decía de camino al departamento.
- Pues sí, seguro que nos sale todo muy bien, además, a ti se te da bien eso de cocinar ¿verdad?
- Tanto como bien... Me defiendo – a nuestro lado pasó Takamori-sensei con prisa, ese día no habíamos tenido clase con él, pero seguramente se había enterado de lo sucedido.
- A Takamori-sensei se le veía preocupado...
- Ya – ambos miramos fijamente como salía por la puerta, girando a la izquierda, seguramente dirigiéndose a los dormitorios femeninos – tú crees... ¿qué irá a ver a Kimihiro?
- A lo mejor, - frunció el ceño – que haya Ijime en su clase tampoco es bueno para él.
- ¿Y a ti que eres delegado no te han dicho nada?
- No, de todas formas... ¿Qué hacer al respecto? – agachó la cabeza – Okawa tiene un rumor para hacerle la vida imposible que incluso se ha visto confirmado por la prensa.
- Que lo confirme la prensa no significa que sea verdad – miré otra vez la puerta por la que había acabado de salir Takamori-sensei – Yo quiero saber la verdad.
- Kimihiro no parece estar dispuesta a contar nada.
- Ya veremos, a ver quién se cansa antes, si yo de preguntar o ella de ser preguntada.
- Te deseo suerte entonces.
- De todas formas, y aunque no me cuente nada, yo la seguiré tratando como siempre, no es justo que se quede sin amigas por esto.


Parecía que hubiera sido ayer cuando entré en el Seikatsu, y ya no queda nada para la Golden Week. Qué rápido pasa el tiempo...

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